Con el tiempo y muchas vidas, nos llega un profundo deseo de libertad… la sed de Dios.
En un comienzo tomamos conciencia de la oscuridad que nos rodea. Desesperadamente comenzamos a caminar, dando tumbos contra las paredes, pero no vemos luz. Esto puede desanimarnos. Mantente alegre, debes saber que la victoria siempre aguarda a aquel que no se rinde.
Muchos caminos conducen a la cima de la gran montaña, no creo que haya solo uno. Para todo aquel que este deseando beber del agua eterna, tengo algunas observaciones y consejos, mas no un manual.
No “trabajes” en tu interior… “juega” con él. La sensación ligera y campante que proporciona el juego te hará avanzar más rápidamente.
No luches contra ti mismo, contra el ego, contra la sombra en tu interior… En su lugar integra y ama. (luego hablaré sobre esto)
Enfócate siempre en tu ser más elevado, esto es, ama a Dios sobre todas las cosas. Este amor calificará todos tus valores del alma y descalificará naturalmente y sin mucho esfuerzo el lastre de todas nuestras antiguas existencias y su karma asociado.
Ora y pide ayuda. No estamos solos. Una legión de ángeles está pendiente de todo aquel que quiere abrirse paso entre las tinieblas del velo. Así que recuerda: “pedid y se os dará”. No guardes tus oraciones para cuando estés atravesando la noche oscura. Recuerda también: Pedid y perseverad.
Usa los modelos. Para los cristianos Jesús es un modelo, para otras religiones y culturas podría ser Buda, Mahoma, etc. Grandes seres han venido y dejado modelos de conducta en los cuales podemos inspirarnos. Piensa ¿qué haría (Jesús, Buda…) en esta situación? ¿Cómo reaccionaria él? Sigue tu intuición y aquella idea que se venga a tu mente como respuesta a estas preguntas, será tu mejor guía.